Salto al vacío

Quiero enviar un manuscrito a una editorial y tengo miedo 😳. ¿Somos dos o estoy sola? Algo me dice que, si en algún momento te planteaste esto, puede que hayas sentido algo similar. 

Y es algo normal. Estamos hablando de nuestra pasión, de poder cumplir nuestro sueño. Y es acá cuando empieza a reptar dentro nuestro esa sensación de insuficiencia, de horrenda comparación y una pizca de futuro fracaso.

👉 Es que pegar el salto al vacío, no es algo sencillo.

 

¿Qué hacemos con el miedo?

Es fácil decir “tengo miedo que me rechacen” y esconderme en una esquina de mi habitación para evitar cualquier sensación incómoda. Es lo más fácil que podemos hacer.

Porque si nos escondemos, si dejamos que el miedo nos carcoma por dentro, seguiremos en la misma posición que siempre. Al resguardo en la orilla o el precipicio.

Pero ahí, no va a suceder nada.

Para que podamos conseguir nuestros objetivos, es necesario que nos movamos, que activamente hagamos algo para conseguirlos.

Por eso, a los miedos hay que enfrentarlos.

 

 

No es mi primera vez…

Ya por el 2010 intenté que “Sentimiento Hostil”, mi primera novela, fuera publicada por una editorial.

Ya en ESTE EPISODIO del podcast te conté los errores que cometí en ese momento, así que te lo dejo para que lo escuches con tranquilidad (porque hay muchos…).

Y en aquel entonces, tenía la ilusión a flor de piel. Estaba segura de mi novela, soñaba con el llamado de una de las editoriales (envié a más de lo que debería), con estar firmando ejemplares en la feria del libro… 

Pero recibí rechazo tras rechazo.

Nadie quería mi historia.

¿Te imaginás como dolió eso? Directamente al corazón. Un puñal frío, un mensaje de que mi historia no era buena.

 

Cuando dudamos de nuestro trabajo

¡Qué fácil es dudar de nosotros mismos! Si tengo una pizca de duda, basta con que alguien me diga algo contrario a lo que pienso, que ya me pongo a cuestionar todo.

Y esos rechazos editoriales no se sintieron bien.

Sin embargo, esa novela era muy especial para mí. Nació en un momento que la necesitaba. Acababa de terminar una relación amorosa que me había dejado varias heridas emocionales, y necesité transformar todo eso en algo mejor. Necesité procesar esos sentimientos en un mundo diferente, en personajes ficticios. Y así nació “Sentimiento Hostil”, la historia de amor de un ángel y un demonio.

Por eso, por las razones que me llevaron a escribir esa historia, es que seguí adelante.

Y así fue como me embarqué en mi primera experiencia de publicación independiente.

 

¿Se viene la revancha?

Después de diez años, he aprendido mucho. No solo de cómo poder presentar una historia, sino de cómo escribirla. Que es lo más importante.

Sin embargo, tengo que serte sincera, y tengo miedo. Porque a la editorial tengo que venderle mi historia. Y esa es una habilidad que todavía está en desarrollo…

La editorial va a tener que hacer una gran inversión en mí. Mucho más grande de la que yo hice cuando publiqué mis seis novelas. Porque ellos tienen muchos más gastos que yo y, por supuesto, quieren una ganancia también.

Ahora lo entiendo. Antes me daba bronca.

Y como lo entiendo, sé que tengo que vender la historia.

Tengo que ser capaz de decirles que tiene los condimentos que harán de ella un éxito. Que a los lectores de esta historia y esta otra, les va a encantar la mía…

No sé. Tal vez sea una idea mía, otro de mis miedos hablando. Puede que, simplemente mandándoles una pequeña reseña, sea suficiente.

Lo que pasa es que también sé que no hay muchas oportunidades (y que hay mucho tiempo de espera). Sin mencionar, que hay que hacer un trabajo puntilloso y exhaustivo para encontrar qué editorial me conviene y si están recibiendo manuscritos (que generalmente no lo hacen).

Lo que HOY importa es que tengo que escribir una novela y que, por primera vez, tiene que quedar inédita. Ya me ha pasado que pedían que no estuviera publicada en ningún lado, y no tenía ninguna novela privada.

Y llegó el día.

Todavía no sé qué escribir. Y esto es lo que me da miedo. Porque siento que el perfeccionismo va a aparecer en algún momento y temo que me paralice, porque ninguna idea la voy a sentir capaz de lograr esa meta inalcanzable.

Pero sé que voy a darle lucha. Mi sueño de publicar con una editorial grande sigue intacto. Y no soy una persona que baje los brazos.

No me queda otra que seguir yendo hacia adelante.